Obesidad infantil en los Estados Unidos

Obesidad infantil en los Estados Unidos

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La obesidad infantil es un problema grave en los Estados Unidos, afectando a unos 14,7 millones de niños y adolescentes de entre 2 a 19 años. La obesidad infantil también es más común entre ciertas poblaciones.
La prevalencia de la obesidad infantil entre 2017-20201 fue del 26,2 % entre los niños hispanos, del 24,8 % entre los niños negros no hispanos, del 16,6 % entre los niños blancos no hispanos y del 9,0 % entre los niños asiáticos no hispanos.

Las condiciones relacionadas con la obesidad incluyen presión arterial alta, colesterol alto, diabetes tipo 2, problemas respiratorios como asma y apnea del sueño y problemas en las articulaciones.

Uno de cada seis jóvenes padece obesidad

Acechando a todas las generaciones estadounidenses, la obesidad infantil no se detiene a pesar de la cantidad de información y campañas de concientización acerca de esta enfermedad. Es muy importante el rol de los padres para poder guiarlos de la mejor manera con el fin de llevar adelante una vida saludable en todo aspecto: físico y mental.

“La obesidad infantil sigue siendo un gran reto para la salud pública con grandes implicaciones económicas y sociales”, comentó Jamie Bussel, director de programa en la Fundación Robert Wood Johnson (RWJF). “Son demasiados los jóvenes de este país que tienen cada vez mayor riesgo de padecer diabetes, enfermedades coronarias o hipertensión, y todo debido a una afección que se puede prevenir. Además, los jóvenes de raza negra o latina tienen más probabilidad que los de raza blanca de sufrir estos problemas. Hemos de ayudar a todos los niños a que puedan crecer con un peso saludable, para que puedan llevar vidas saludables y ahorrar al país miles de millones en gastos sanitarios”.

Causas de obesidad infantil

En la era digital donde todo se reduce a un click y a lo inmediato, para los más jóvenes es muy complicado, si no se les enseña de pequeños, dedicarle el tiempo y la calidad necesaria a la ingesta de alimentos. La consecuencia: alimentación rápida, deliciosa, congelada, procesada, vacía en valor nutritivo pero con un shot de satisfacción instantánea que brindan estos alimentos altos en grasas saturadas y azúcares.

La inactividad al alcance de un click que ofrecen las redes sociales, los videojuegos, el streaming, lleva al joven a caer en un pozo de sedentarismo que con el paso de los años se vuelve más profundo. La responsabilidad de los padres y adultos que rodean al pequeño es sustancial.

La obesidad, definida como un índice de masa corporal de al menos 30, es mucho más que vanidad. Daña la calidad de vida y agrava los riesgos para la salud que involucran muchas condiciones médicas en niños y adultos. Las personas obesas incurren en mayores costos médicos, viven vidas más cortas y pierden más trabajo que sus contrapartes más delgadas.

La actividad física y los buenos hábitos deben incorporarse desde muy pequeños y con el ejemplo para que el niño/a entienda que es parte del bienestar general y condición necesaria para llevar adelante una vida saludable en todo sentido.

Cómo combatir la obesidad infantil

Si eres padre de bebés, niños, pre adolescentes o adolescentes ten en cuenta las siguientes acciones para evitar la obesidad infantil.

  • Evita los alimentos altos en azúcares y grasas.
  • Familiariza al bebé desde pequeño con los sabores naturales de los alimentos, sin agregar sal extra o endulzantes.
  • Los alimentos procesados y congelados no deben ser nunca la comida principal de tu hijo
  • Siempre ten una canasta con frutas de estación al alcance de los niños. Conviértelo en el postre o en el snack elegido para la escuela o aquellos períodos de tiempo donde tu hijo se encuentre fuera de casa.
  • Las verduras deben estar en todas las comidas. Busca condimentarlas de manera natural y sabrosas sin utilizar aderezos procesados. Prueba haciendo aderezos caseros con mostaza, vinagre de manzana, aceite de oliva extra virgen o avocado. El secreto para que tu hijo coma vegetales está en el sabor y en el ingenio que pongas en el plato para que le resulte tentador.
  • Las gaseosas, jugos o bebidas azucaradas deben sólo para ocasiones especiales, no de manera diaria. Y recuerda de nada sirve prohibir pues esto lo convertirá en un deseo mayor para tu hijo.
  • La actividad física debe ser presentada desde muy pequeños. Dedícale el tiempo que merece a que tu hijo encuentre aquel deporte que lo haga sentir pleno.

Siempre recuerda que el ejemplo comienza en casa. Desde muy pequeños los niños incorporan de manera inconsciente aquellos hábitos que observan en sus progenitores. La responsabilidad es enorme. Una vida saludable le permitirá a tu hijo cumplir todos sus deseos y proyectos. La alimentación es la mejor herramienta que puedes darle a un niño, pues será su combustible a lo largo de toda su vida.


La Fundación Robert Wood Johnson en conjunto con La Red Hispana se han propuesto una visión para una Cultura de Salud nacional donde todos tienen la oportunidad de vivir una vida más saludable. ¡Súmate a esta iniciativa!

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